De oruga a mariposa: la historia de la vida

Madre e hija

No sé si sabes que cuando una oruga mira a una mariposa, se produce una conexión: “¡Oh, puedo convertirme en mariposa! Yo quiero eso”. Nada se le impone a la pequeña oruga. Es una elección personal donde manifiesta: quiero cambiar.

Seguramente has leído o visto alguna vez la metamorfosis de la mariposa, un proceso en el que un simple huevo experimenta múltiples fases hasta llegar a su estado final de mariposa.

Si aplicamos este concepto al ser humano, podemos interpretar esta transformación como el cambio más profundo que puede experimentar una persona. Me refiero, en especial, a la transición de dejar de ser lo que éramos para comenzar a ser algo diferente.

¿Qué hizo la oruga para convertirse en mariposa?

Básicamente, experimentó un proceso interno de transformación que la llevó desde la fase de huevo hasta larva. Posteriormente, se transformó en crisálida, donde desarrolló completamente su anatomía antes de desplegar sus alas y convertirse en una mariposa.

De oruga a mariposa

Es probable que la mariposa no sea consciente de este proceso y, lo más seguro, es que no experimente sufrimiento al pasar de una etapa a otra. Su enfoque radica en atravesar cada estado y dedicar todo su ser a sobrevivir día a día para continuar con su metamorfosis.

Suena bonito, pero para nosotros, conscientes del cambio, el proceso puede resultar difícil y doloroso. Por esta razón, es crucial comprender e identificar cada una de las etapas para que el camino de transformación no sea tan duro.

Nuestra propia metamorfosis

A lo largo de nuestras vidas, cada uno de nosotros atraviesa varias metamorfosis en torno a quiénes somos. Algunas de estas transformaciones son naturales y están ligadas a nuestra propia evolución (pasar de niño a adolescente, de adolescente a adulto…), mientras que otras pueden representar quiebres significativos y resultar difíciles de superar (la muerte de un ser querido, un divorcio, etc.).

Mudanza de una casa

Fases de nuestra metamorfosis

Principalmente, se dividen en cuatro y, dependiendo de cada una de ellas, existen diferentes estrategias para abordarlas.

ETAPA DE RUPTURA

LA ORUGA QUIERE CAMBIAR

En la fase inicial de ruptura, nos enfrentamos al temor de lo desconocido y comprendemos que nada será igual. Este cambio muchas veces no es una elección consciente, sino algo que simplemente sucede, y aceptar esta realidad es el primer paso.

[Resistirse al cambio con pensamientos ilusorios solo prolonga y intensifica el proceso].

A pesar de la dificultad, la ruptura también nos presenta la oportunidad de reinventarnos y vivir la vida que anhelamos. La clave reside en vivir el presente, centrarnos en el autocuidado diario, y buscar apoyo en aquellos que han afrontado experiencias similares o en profesionales.

Permitir que nuestros sentimientos fluyan sin restricciones es crucial para avanzar en este proceso de transformación.

ETAPA DE SUEÑOS

DESAFÍA LÍMITES PERSONALES

Esta fase se caracteriza por vislumbrar nuestro nuevo camino, reconstruyendo gradualmente nuestra identidad. Buscamos que estos cambios se reflejen en nuestra apariencia y estilo de vida, por ejemplo con cambios de look o de hábitos (antes impensables).

Imaginamos y soñamos con la vida que deseamos, avanzando poco a poco hacia la planificación y realización de esos anhelos. Es crucial no limitarnos ni censurarnos, y permitirnos explorar todas las posibilidades hasta que definamos con claridad nuestra meta.

En este proceso, recordemos que no existen reglas preestablecidas, y nosotros mismos somos los únicos límites que debemos desafiar.

Metamorfosis de una mariposa

ETAPA DE CAMBIO

REFORMULA PARA CONVERTIRSE EN MARIPOSA

Conforme nuestros sueños toman forma, esta etapa requiere aceptar que el éxito rara vez llega de inmediato.

La clave reside en persistir, adaptándonos y ajustando nuestros sueños y planes con cada lección aprendida.

Aunque el proceso pueda resultar más desafiante de lo previsto, el resultado final puede ser increíble.

ETAPA DE GRATITUD

TRANSFORMACIÓN COMPLETA

En esta fase final, nuestra nueva identidad se ha forjado por completo, lista para alzar el vuelo.

Es un momento de agradecimiento por la valentía y fortaleza adquiridas durante la metamorfosis, pero, sobre todo, es un tiempo para disfrutar plenamente del resultado.

La incertidumbre de cuándo nos embarcaremos en otra transformación nos invita a valorar este momento.


Salón con luz natural

Puede que en este momento seas una oruga y una mariposa al mismo tiempo, o que ya no te sientas oruga, pero todavía no seas una mariposa.

A veces piensas en lanzarte a la aventura, pero se queda en un pensamiento. Dejas a tu pareja, vendes tu casa, dejas tu trabajo o haces algo fuera de lo extraordinario porque quieres que la vida cambie, pero te escondes en el caparazón; te quedas en tu zona de comfort porque te asusta el proceso de cambio, de duelo o de incertidumbre.

Conseguir la felicidad que anhelamos no solo está en la decisión de cambiar, sino en el proceso de transformación.

Y por mucho trabajo que haga esa pequeña oruga, no acelerará el proceso de convertirse en mariposa. Es necesario que experimente cada fase para que haya una transformación real.

Sé por experiencia que no es fácil vivir este proceso.

Por eso, si estás viviendo tu propia metamorfosis y necesitas ayuda para transformar tu espacio y pasar a una nueva etapa, recuerda que puedo ayudarte. Te acompañaré en cada paso para que puedas vivir tu proceso con seguridad e ilusión.

Reserva aquí una reunión gratuita.

Si te surgen dudas o preguntas, puedes escribirme a hola@laurahousecoach.es

Un abrazo,

Laura