Aunque sé que este término despierta más misticismo que curiosidad, empezaré por decir que el feng shui no es una superstición, una religión o algo relacionado con la suerte.
Más bien es una aplicación práctica de determinadas técnicas para crear el mejor entorno posible para cada persona, teniendo en cuenta todo lo que le rodea.
Dicho así, ¿tiene sentido, verdad?
Porque del mismo modo que al buscar un trabajo tienes en cuenta (o al menos deberías) el entorno de trabajo, la modalidad (presencial u online), el equipo, el horario o el salario, al buscar una casa, o una habitación de alquiler, o al decorar el espacio donde vives, también es lógico prestar atención a aspectos como la luz, el emplazamiento, el ruido, la distribución o la temperatura.
Y ese trabajo que para ti es perfecto, puede no serlo para tu compañero de trabajo.
Pues con las casas, según el feng shui, pasa lo mismo.
Para poder construir un entorno agradable, cómodo y bonito para ti, debes mirar las cosas que te rodean, pues estas influirán en cómo vivas ese espacio o en cómo sea tu rendimiento en él a diario, por ejemplo.
¿Qué dice el feng shui, entonces?
Básicamente, que cada persona reacciona al medioambiente de diferente manera.
O ¿acaso los días en los que llueve o hay tormenta, te encuentras igual en casa que los días que hace sol?
A mí, por ejemplo, cuando el tiempo está tormentoso, me duele mucho la cabeza y me resulta muy difícil concentrarme. Sin embargo, los días soleados, me encantan para trabajar porque me concentro mucho más en casa. Pero a muchas otras personas les pasa lo contrario.
Otro ejemplo es el de las personas muy madrugadoras, que les gusta disfrutar del amanecer, levantarse pronto…, mientras que las nocturnas prefieren estar despiertas por la noche porque son más productivas cuando el resto duerme.
Cualquier estancia con feng shui debe ser ese lugar ideal que buscas para desconectar del mundo y recargar tu energía.
No obstante, te digo ya de antemano que aplicar estas técnicas no significa que inmediatamente tu vida cambie (como de repente conseguir el trabajo de tus sueños o ser rico).
El feng shui no hace milagros, dice que no solo lo que hacemos y lo que pensamos influye en nosotros, sino también el espacio en el que vivimos y los objetos que tenemos.
De hecho, dice que hay 3 tipos de suerte:
– Man luck: es decir, lo que depende de ti: las creencias personales, lo trabajador o trabajadora que eres, lo apasionad@ que seas para luchar por tus objetivos o lo duro que trabajes para conseguirlo.
– Heaven luck: el destino o la suerte. Un ejemplo de ello sería cuando ganas la lotería, que no depende de ti (salvo comprarla). Pero el resto está fuera de tu control.
– Earth luck: el entorno inmediato, lo que te rodea y te protege del sol y la lluvia: tu casa. Esto es algo que puedes controlar y construir, de forma que crees el mejor entorno posible para ti.
Busca el equilibrio de la energía vital de cada persona (man luck, heaven luck y earth luck) a través de técnicas de distribución, decoración y orientación de los espacios en los que realizas tus actividades cotidianas: tu casa, tu lugar de trabajo o tu espacio de diversión.
Feng shui no es solo limpiar y ordenar, sino crear un ambiente maravilloso.
¿Qué es y para qué sirve el feng shui?
Esta filosofía nació hace más de 3000 años en China, y su significado literal es “viento y agua”. Debe su nombre a su función originaria: estudiar los cambios del clima, los astros y el medioambiente y ver de qué manera afectaba todo ello a la energía vital o chi de las personas.
También tiene sentido, ¿no?
Y para que veas que algo de esto debía de funcionar, en la época imperial el feng shui se utilizaba exclusivamente por las clases altas de la sociedad, que lo aplicaban a palacios y tumbas.
Pero, hoy en día esto, por suerte, esto ha evolucionado y ahora está al alcance de todos.
Resumiendo conceptos, se podría decir que es una ciencia que estudia cómo se relacionan las personas y el ambiente que les rodea (espacio interior y exterior, y sus objetos):
- Todo está conectado y, de una forma u otra, afecta a cómo nos sentimos.
- Aplicar estas técnicas puede ayudarnos a encontrar aquello que necesitamos.
- Ayuda a ver las cosas con diferente perspectiva y conseguir nuestros objetivos.
- Genera paz personal y equilibrio familiar.
- Adecuar los espacios de la casa a tu personalidad, estilo de vida y con lo que realmente te identificas.
¿Cuáles son los cinco elementos del feng shui?
- Madera (primavera, amanecer, Este; empezar nuevos proyectos).
- Agua (invierno, anochecer, Norte; desbloquear situaciones para que se produzca algo).
- Metal (otoño, atardecer, Oeste; concentración, disciplina y liderazgo).
- Fuego (verano, mediodía, Sur; trabajar la expresividad).
- Tierra (transición y centro de todo; estabilidad en épocas de cambio).
Estos elementos se pueden traducir en diferentes estados de las cosas en la vida, del mismo modo que la forma en la que está posicionada tu casa o tu habitación tiene una conexión con el universo que te rodea.
Para que pongas a prueba el espacio en el que vives, te propongo coger una hoja y apuntar los elementos que tienes en casa para hacer un balance de las cosas que tienes en casa (puede ser por color o por material). Fíjate, por ejemplo, en qué elementos predominan más (madera, metal o cerámica…) y observa cuáles querrías que hubiera o qué cambio quieres generar.
Es una forma de saber si tu espacio responde a tus necesidades y objetivos en la vida.
Si no te sientes bien en casa puede que haya un exceso de algún elemento. Por ejemplo, si estamos deprimidos es posible que haya mucho elemento agua; si sentimos agobio o estrés, bloqueo mental o monotonía, puede que haya demasiado elemento tierra.
¿Cómo utilizar el feng shui en casa?
Todo dependerá del objetivo que busques con ese cambio: generar energía positiva, mejorar tu salud o las buenas relaciones familiares, atraer dinero, coger inspiración o sentirte bien en casa, entre muchas otras.
Si lo que buscas es diseñar un espacio con propósito, lee la sección sobre House Coaching™.
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