“Me compré una casa hace un año y medio. No necesitaba una reforma muy grande, pero sí sentirla de verdad como un hogar para mí y mi hijo. Contraté un equipo de interioristas, pero notaba que en general faltaba algo, sobre todo en el dormitorio. Cuando empecé a trabajar con Laura, me di cuenta de qué es lo que faltaba. Consiguió que, con mi creatividad y mis ganas, diseñásemos un espacio que de verdad sintiera mío. Para mí, no puede haber una habitación mejor. Le diría a todo el mundo que tener un hogar, sean cuales sean tus circunstancias, es posible porque todo el mundo merece ser feliz en su casa”.