¿Qué pasa cuando te toca a ti recibir invitados en casa? Ahí puede que se compliquen un pelín las cosas, sobre todo si quieres hacer que tus invitados estén a gusto y no se vayan inmediatamente.
Si eres de los que piensan “si me queréis, ¡irse!”, bueno, entonces te recomiendo que no hagas de anfitrión o que se lo digas con buenas palabras o frases como esta. Seguro que también os echáis unas risas. O no.
Aunque yo tampoco soy una experta anfitriona, mis invitados no suelen mirar nunca el reloj. No son detalles muy complicados; solo cosas que se deben tener en cuenta.
1. La primera impresión marca la diferencia.
No tengo timbre. ¡Grita! y de paso te desahogas.
Este es un buen ejemplo de frases para recibir a un invitado en casa o al menos que se eche unas risas nada más llegar. Porque precisamente en eso consiste ir de cena a casa de unos amigos, o a ver a tu familia… En desahogarse y pasar un buen rato.
2. Qué alegría cuando todo son facilidades.
Llegar y poder colgar el abrigo, dejar el bolso o quitarse los zapatos (esto tiene su porqué, en el tercer punto) hace a uno sentirse como en casa. Si además hay un punto de luz cálido (artificial, si es de noche), será como decir home, sweet home.
3. Aunque pongas queso, que no lo parezca.
Intenta que haya un buen olor en casa nada más entrar. A nadie le gusta llegar y que huela a cerrado, húmedo o, peor aún, a queso. Y lo digo yo que me encanta.
Haz café un poco antes de que lleguen o pon un ambientador en la entrada (cuidado con ponerlo muy fuerte o se te caerán redondos nada más entrar).
4. Mejor sin zapatos.
Si has limpiado la casa antes de que lleguen tus invitados, te habrás hecho una idea de la cantidad de polvo que se acumula y lo que manchan los zapatos, sobre todo en invierno. Y ya no te digo si tienes alfombras.
Dejarles unas zapatillas o hacer concurso de calcetines funciona: es motivo de risa, hace que se vaya quien tiene que irse sin necesidad de decírselo y, además, la gente se siente como en su casa.
5. “Yo solo vengo por la comida”.
Todos tenemos un amigo así. Por lo que si quieres buenas reseñas en Google conviene que lo que cocines se pueda comer.
No te preocupes; aunque no lo digan, ellos también buscan recetas en internet porque de lo que se trata, en definitiva, es de que coman bien.
6. ¡Sorpresa!
No importa el qué, importa el cómo. Unas servilletas curiosas, un mantel como el de la foto, unas flores o unas zapatillas de estar por casa horrorosas.
Todo eso hará que quien venga tenga siempre un buen recuerdo de cuando fue a tu casa.
7. El plan.
Aunque el motivo en esencia sea pasar un rato en familia o con amigos (por eso de que “lo importante es verse”), si hay un plan detrás lo hará mucho más especial.
¿Que tal una cena mensual en la que cada vez vayáis a casa de un amigo y se voten los menús? ¿O una tarde de juegos de mesa? ¿Jugar a tinieblas y comer palomitas? ¿Una maratón de pelis?
¿Tienes el plan, pero necesitas ayuda con la casa?
Descubre cómo conseguir una casa acogedora y hogareña antes de que lleguen.
